-Ella lo escuchó reír y todo su cuerpo se relajó. Era agradable ver como alguien comenzaba a tomarla en cuenta, se sentía bien saber que otra persona pensaba en ella y que tenía un lugar, por mínimo que fuera, en la vida y mente de otro ser humano; aquello aligeraba un poco la desesperación en la que se había visto sumergida minutos antes en su apartamento. Igualmente, el sentimiento de ansiedad no se desvanecía y ella comenzaba a dudar de que alguna vez lo hiciera.-